Los también llamados zoomers o Generación Z son nativos digitales, lo que refuerza su confianza en este sector, mientras que la Generación Y tiende a combinar banca tradicional y productos virtuales.
Los hermanos Luciano (25) y Mateo (20) comparten el gusto por algunas series, bandas de música y juegos electrónicos, a pesar de que el primero tiene características marcadas de la generación millennial y el otro es un nativo centennial. Si bien ambos son ‘ciudadanos tecnológicos’, hay un aspecto que demuestra las diferencias entre ambas generaciones: la manera como manejan sus finanzas, especialmente cuando se trata de ahorrar o invertir.
Mientras el mayor ahorra parte de su sueldo en el mismo banco en el que tiene una cuenta corriente y paga con débito o transferencias electrónicas, el menor —que aún está estudiando— utiliza solo medios de pago virtuales y saca cuentas alegres de las inversiones que hace con su mesada en una fintech.
Cornerstone Advisors FICO lo advirtió en su informe de 2022 ‘Americans’ Shadow Financial Lives’, en el que decía que las generaciones más jóvenes son más propensas a utilizar plataformas digitales que un banco u otra institución financiera. Y muestra que el porcentaje de Generación Z que reportó tener una cuenta en un banco nacional disminuyó del 35% al 25% en solo dos años.
Con 2.470 millones de personas, la Gen Z constituye el 26% de la población mundial, según Tendencias del consumidor GZ de Visa. Con un poder adquisitivo estimado en US$ 44.000 millones, es uno de los segmentos más codiciados por las fintech, cuyos principios coinciden con estos nativos digitales. Y aunque los bancos están desarrollando productos para este grupo, el desafío es adaptarse a una transformación que podría redefinir el mercado financiero.
Relación con la tecnología
Se considera millennial (Gen Y) a los nacidos entre 1984 y mediados de los 90, quienes tuvieron que adaptarse a la tecnología que comenzó a surgir con fuerza hacia fines del siglo XX, cuando nacieron los centennials o Gen Z (2000 al 2015).
Para el académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Rodrigo Figueroa, las diferencias entre ambos tienen que ver con que los Z crecieron en una sociedad más ‘financializada’, con un acceso más fluido al mercado financiero, en cambio los Y nacieron en un contexto menos desarrollado, donde las sucursales bancarias aún no eran reemplazadas por la web.
Opina que los millennials prefieren instituciones tradicionales como los bancos, pero reemplazan la lógica del ahorro a largo plazo por el ahorro para viajar o financiar estilos de vida más hedonísticos. En cambio, la generación Z, que a temprana edad manejó tanto los conceptos como la experiencia práctica de las nuevas tecnologías, prefiere invertir a ahorrar y lo hace en fintech más que en bancos.
‘Los millennials son una generación de transición cuyos padres —nacidos entre los 60 y 70— ahorraban para la casa propia. Ellos se enfocan en aspectos más espirituales, más intangibles que materiales. En cambio, los Z prefieren invertir, son más audaces, corren más riesgos y lo digital les resulta natural porque conocen la estructura de las plataformas en que se desenvuelven. Confían más en el algoritmo que en el ejecutivo de la sucursal del banco’, explica Figueroa.
Enfoque innovador
Esto es una oportunidad para las fintech, que se caracterizan por tener interfaces digitales modernas, más ágiles, amigables y convenientes en comparación con la banca tradicional, aspectos que valoran los nativos digitales de la generación Z.
La CEO de Cryptomarket, María Fernanda Juppet, agrega su enfoque innovador en la oferta de servicios financieros (pagos móviles, préstamos en línea y criptomonedas); la transparencia en costos y tarifas, con estructuras menos rígidas que la banca; y la posibilidad de acceder a productos a quienes han sido excluidos del mercado por no tener historial crediticio o no poder demostrar ingresos como, por ejemplo, quienes están ingresando al mercado laboral.
‘La generación Z creció con estas trabas. Por eso, los que fueron cercanos y amigables desde el comienzo de su independencia, seguirán estando presentes en sus vidas no solo por cuestiones de uso, sino también de confianza, cercanía y seguridad. Es natural que desconfíen de la banca tradicional, a la cual ven como algo viejo o retrógrado, especialmente porque valoran la inclusión financiera’, advierte Juppet.
La ejecutiva explica que el 77% de quienes invierten en criptomonedas son jóvenes millennials y centennials. El 21% está en el rango de 18 a 24 años, seguido por un 35% entre 25 y 34 años, mientras que un 21% entre los 35 y 44 años.
Para Eduardo Pérez de Castro, cofounder de Uper.co, ‘los jóvenes aprecian mucho la experiencia, eficiencia e inmediatez. Desconfían de los bancos y prefieren a las fintech, que ofrecen soluciones más innovadoras y tecnológicamente avanzadas, con aplicaciones móviles intuitivas, procesos simplificados y servicios personalizados’.
¿En qué invierten?
Al momento de invertir, más que la rentabilidad, a la Gen Z le interesa hacerlo en proyectos que tengan coherencia con lo que piensan y esté en línea con sus valores y creencias.
Pérez de Castro explica que el 46% de los inversionistas en crowdfunding se ubica entre los 20 y 30 años, donde las preferencias las lideran aplicaciones como Easycancha (para deportistas amateur), The King Race (productos para veganos, cruelty free), hasta proyectos de impacto como el Colegio Humboldt en Matanzas, todos ellos con un propósito y una comunidad a activar.
‘Las nuevas generaciones tienen mayor conciencia sobre el impacto, buscan ser parte de una comunidad que apoya causas mayores, por lo que, si una startup tiene una cercanía con su base, tiene un mayor potencial de convertirlos en inversionistas’, explica.
El sociólogo y académico de la Universidad Central, Rodrigo Larraín, lo atribuye a que los millennials ‘están en búsqueda de su identidad personal, basada en un consumo inteligente de productos de calidad, no masivos. Tienen una orientación más emprendedora y empresarial y se distinguen de los centennials porque no están por la tecnologización irreflexiva’.
En cuanto al perfil de riesgo de los Z, Figueroa explica que ‘prefieren activos que puedan tener mayor rentabilidad, generalmente virtuales o intangibles como criptomonedas y sus derivados, e incluso están dispuestos a probar productos en línea que causan temor a las generaciones anteriores’.
Opina que, en el futuro, las fintech debieran introducir programas de educación financiera transversales, que permitan llegar a todos los segmentos etarios, pero también socioeconómicos.
Mientras el mayor ahorra parte de su sueldo en el mismo banco en el que tiene una cuenta corriente y paga con débito o transferencias electrónicas, el menor —que aún está estudiando— utiliza solo medios de pago virtuales y saca cuentas alegres de las inversiones que hace con su mesada en una fintech.
Cornerstone Advisors FICO lo advirtió en su informe de 2022 ‘Americans’ Shadow Financial Lives’, en el que decía que las generaciones más jóvenes son más propensas a utilizar plataformas digitales que un banco u otra institución financiera. Y muestra que el porcentaje de Generación Z que reportó tener una cuenta en un banco nacional disminuyó del 35% al 25% en solo dos años.
Con 2.470 millones de personas, la Gen Z constituye el 26% de la población mundial, según Tendencias del consumidor GZ de Visa. Con un poder adquisitivo estimado en US$ 44.000 millones, es uno de los segmentos más codiciados por las fintech, cuyos principios coinciden con estos nativos digitales. Y aunque los bancos están desarrollando productos para este grupo, el desafío es adaptarse a una transformación que podría redefinir el mercado financiero.
Relación con la tecnología
Se considera millennial (Gen Y) a los nacidos entre 1984 y mediados de los 90, quienes tuvieron que adaptarse a la tecnología que comenzó a surgir con fuerza hacia fines del siglo XX, cuando nacieron los centennials o Gen Z (2000 al 2015).
Para el académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Rodrigo Figueroa, las diferencias entre ambos tienen que ver con que los Z crecieron en una sociedad más ‘financializada’, con un acceso más fluido al mercado financiero, en cambio los Y nacieron en un contexto menos desarrollado, donde las sucursales bancarias aún no eran reemplazadas por la web.
Opina que los millennials prefieren instituciones tradicionales como los bancos, pero reemplazan la lógica del ahorro a largo plazo por el ahorro para viajar o financiar estilos de vida más hedonísticos. En cambio, la generación Z, que a temprana edad manejó tanto los conceptos como la experiencia práctica de las nuevas tecnologías, prefiere invertir a ahorrar y lo hace en fintech más que en bancos.
‘Los millennials son una generación de transición cuyos padres —nacidos entre los 60 y 70— ahorraban para la casa propia. Ellos se enfocan en aspectos más espirituales, más intangibles que materiales. En cambio, los Z prefieren invertir, son más audaces, corren más riesgos y lo digital les resulta natural porque conocen la estructura de las plataformas en que se desenvuelven. Confían más en el algoritmo que en el ejecutivo de la sucursal del banco’, explica Figueroa.
Enfoque innovador
Esto es una oportunidad para las fintech, que se caracterizan por tener interfaces digitales modernas, más ágiles, amigables y convenientes en comparación con la banca tradicional, aspectos que valoran los nativos digitales de la generación Z.
La CEO de Cryptomarket, María Fernanda Juppet, agrega su enfoque innovador en la oferta de servicios financieros (pagos móviles, préstamos en línea y criptomonedas); la transparencia en costos y tarifas, con estructuras menos rígidas que la banca; y la posibilidad de acceder a productos a quienes han sido excluidos del mercado por no tener historial crediticio o no poder demostrar ingresos como, por ejemplo, quienes están ingresando al mercado laboral.
‘La generación Z creció con estas trabas. Por eso, los que fueron cercanos y amigables desde el comienzo de su independencia, seguirán estando presentes en sus vidas no solo por cuestiones de uso, sino también de confianza, cercanía y seguridad. Es natural que desconfíen de la banca tradicional, a la cual ven como algo viejo o retrógrado, especialmente porque valoran la inclusión financiera’, advierte Juppet.
La ejecutiva explica que el 77% de quienes invierten en criptomonedas son jóvenes millennials y centennials. El 21% está en el rango de 18 a 24 años, seguido por un 35% entre 25 y 34 años, mientras que un 21% entre los 35 y 44 años.
Para Eduardo Pérez de Castro, cofounder de Uper.co, ‘los jóvenes aprecian mucho la experiencia, eficiencia e inmediatez. Desconfían de los bancos y prefieren a las fintech, que ofrecen soluciones más innovadoras y tecnológicamente avanzadas, con aplicaciones móviles intuitivas, procesos simplificados y servicios personalizados’.
¿En qué invierten?
Al momento de invertir, más que la rentabilidad, a la Gen Z le interesa hacerlo en proyectos que tengan coherencia con lo que piensan y esté en línea con sus valores y creencias.
Pérez de Castro explica que el 46% de los inversionistas en crowdfunding se ubica entre los 20 y 30 años, donde las preferencias las lideran aplicaciones como Easycancha (para deportistas amateur), The King Race (productos para veganos, cruelty free), hasta proyectos de impacto como el Colegio Humboldt en Matanzas, todos ellos con un propósito y una comunidad a activar.
‘Las nuevas generaciones tienen mayor conciencia sobre el impacto, buscan ser parte de una comunidad que apoya causas mayores, por lo que, si una startup tiene una cercanía con su base, tiene un mayor potencial de convertirlos en inversionistas’, explica.
El sociólogo y académico de la Universidad Central, Rodrigo Larraín, lo atribuye a que los millennials ‘están en búsqueda de su identidad personal, basada en un consumo inteligente de productos de calidad, no masivos. Tienen una orientación más emprendedora y empresarial y se distinguen de los centennials porque no están por la tecnologización irreflexiva’.
En cuanto al perfil de riesgo de los Z, Figueroa explica que ‘prefieren activos que puedan tener mayor rentabilidad, generalmente virtuales o intangibles como criptomonedas y sus derivados, e incluso están dispuestos a probar productos en línea que causan temor a las generaciones anteriores’.
Opina que, en el futuro, las fintech debieran introducir programas de educación financiera transversales, que permitan llegar a todos los segmentos etarios, pero también socioeconómicos.
Fuente: Nexnews