¿Cómo liderar en la empresa privada? La respuesta de tres directoras, dos gerentes generales y un head hunter

¿Cómo liderar en la empresa privada? La respuesta de tres directoras, dos gerentes generales y un head hunter
Susana Jiménez, Óscar Hasbún, Manola Sánchez, Jaime Arrieta, María Olivia Recart y Luis José Garreaud compartieron ideas y experiencias sobre cómo liderar una compañía y buscar en su interior elementos que ayuden en esa tarea.
«Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo». Esa es la primera definición de «empresa», según el diccionario Real Academia Española. Proviene del latín impresa y deriva de imprendere, o «comenzar’. No es difícil inferir entonces que quienes emprenden una empresa deben encarnar el concepto de liderazgo, para adoptar decisiones difíciles, innovar e influir en un grupo de personas.
Justamente, el político y escritor norteamericano Henry Kissinger -en su libro «Leadership six studies in world strategy»- dice que «sin líderes, el mundo no funcionaría», cita que fue el inicio de un conversatorio en el que participaron directoras de empresas, líderes gremiales y gerentes generales de empresas de gran tamaño y de startup ascendentes. Organizado por Pulso en el marco del aniversario número 73 de La Tercera, todos participaron en un desayuno moderado por el conductor Nicolás Vergara, en la sala de pautas de La Tercera.
«Los líderes hacen que la gente haga cosas que jamás pensó qué iba a hacer. La gente siempre anda buscando a quién seguir, por lo que el liderazgo es definido como una necesidad de la sociedad y de las empresas por lograr cosas», opinó Luis José Garreaud, socio de la consultora de head hunting Egon Zehnder, quien colaboró con Pulso para escoger a los líderes de las empresas privadas chilenas de 2023 convocados al conversatorio. «En las empresas hay un tema de finalidad, así también como otros que son éticos. Pero creo que liderazgo es empujar a gente a hacer cosas relevantes».
En una línea similar, Susana Jiménez, vicepresidenta de la CPC y exministra de Energía, estimó que tener la capacidad de movilizar es la clave en los liderazgos empresariales. «Si logras armar buenos equipos y buscar respuestas a necesidades y problemáticas, eso es liderazgo. No sé si es lograr que otros hagan grandes cosas. Simplemente la capacidad de convocar, movilizar y lograr objetivos. Pero lo más importante en los liderazgos reales es rodearse de gente buena y darles oportunidades. Esos son los que generan admiración y adhesión», enfatizó quien además es directora de empresas como Soprole, Esval, Essbio, Invexans y Nuevo Pudahuel.
«Al liderazgo se le pueden poner apellidos como empático o movilizador, pero al final, es lograr un objetivo con un grupo de gente y motivarlas a hacer algo. La pregunta es: ¿hacia qué lo estás motivando y llevando?», planteó durante la conversación la ingeniera comercial Manola Sánchez, quien es la mujer con más directorios en el Ipsa, siendo parte de tres compañías: BCI, Mall Plaza y CAP. Sánchez indicó también: «Hoy quizás mucha gente confunde empatía con liderazgo y cree que porque una persona es empática, puede movilizar. Yo separaría eso, porque son dos cualidades diferentes».
Por su parte, desde el mundo de las startups, Jaime Arrieta, CEO de Buk, coincidió que el liderazgo es el arte de influir para lograr objetivos, pero puso otro punto sobre la mesa. «No tiene que ver sólo con la empatía, sino con sacar lo mejor de la gente. Un buen líder sabe dónde poner esa pieza y lograr lo mejor de una persona para que calce bien dentro de la organización», señaló. Actualmente, Buk tiene cerca de mil empleados, con un promedio de edad de 31 años, y su negocio se basa en un software de recursos humanos.
Con más de una década liderando el negocio que más contribuyó en los últimos dos años a las utilidades del grupo Luksic, el gerente general de la Compañía Sud Americana de Vapores, Oscar Hasbún, opinó que hay rubros donde se requiere una colaboración más horizontal, como el tecnológico, y donde el capital humano es extraordinariamente importante. «Pero lo principal es que los liderazgos tengan credibilidad y consistencia. Alguien confiable. Que no traicione lo que dice, ni a sus equipos. A veces no tienes tiempo de parlamentar con todo el mundo. Tu obligación es salir adelante», explicó el también primer vicepresidente de la Sofofa.
«Creo que gran parte del liderazgo, es compartir el tamaño de los desafíos con los equipos. Y que se sientan parte de él. Así, encontrar la motivación a veces no necesariamente tiene que ver con plata. Incluso, hoy, las nuevas generaciones se mueven por otras cosas», opinó la exsubcretaria de Hacienda María Olivia Recart y quien ha ingresado a varios directorios: Banco Santander, Essbio, Esval y las mineras Lundin Mining y Aclara. Además, Recart complementó: «La gente trabaja por una pulsación vital, para vivir, pero además trabajan porque sienten que hay un sentido en lo que hacen».
Los empresarios convocados por Pulso y La Tercera no sólo se refirieron a quienes dirigen las organizaciones, sino también a los liderazgos que se encuentran en diversas capas, jefes de área, dirigentes, un supervisor e incluso, cualquier persona que ante una situación determinada toma espontáneamente dicho rol. «Uno detecta rápido en una organización a -por ejemplo- una persona joven que tiene una disponibilidad mayor a hacer las cosas. Que quiere tomar más responsabilidad. Que se queda hasta más tarde. Que se lee la materia», señaló Hasbún.
Sánchez indicó sobre ese punto que «uno puede trabajar y potenciar. Pero no necesariamente es fundamental quedarse hasta tarde y cumple el doble del trabajo. Lo importante es hacerlo. Motivar a la gente para ser más productiva, pero ojalá todos vayamos a un mundo en donde se valore la calidad de vida».
¿Cómo se va formando entonces ese liderazgo? ¿Qué camino se debe tomar para lograrlo?, se preguntaron los participantes, complementando la idea anterior. «En el fondo, los cargos de liderazgos tienen costos. No caen del cielo. Costos en tiempo, en trabajo, en estudio y en vida familiar. Eso es innegable. Y en el caso de las mujeres es más complejo. Muchas hemos tenido que optar por jornadas parciales en algún momento de la vida. Pero en el fondo no llegas muy lejos si es que tu jornada es al mediodía», comentó Susana Jiménez, tocando un punto fundamental: las brechas que aún existen entre hombres y mujeres que lideran organizaciones.
De hecho, el Cuarto Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile, desarrollado por Fundación ChileMujeres, los ministerios de Hacienda y Economía y la OIT, indicó que aumentó la participación de las mujeres en los directorios desde el 13,2% en 2021, al 14,7% en 2022. Mientras que las empresas con cero directoras, disminuyeron al pasar de 164 a 148 empresas el último año.
«Escuchar es clave», dijo María Olivia Recart, y prosigue: «Eso implica dimensionar las necesidades de la gente que trabaja contigo. Hay que saber leer el entorno y el problema es que a veces tenemos una manera de dar y recibir feedback en donde estamos poco preparados».
Por último, Arrieta comentó que en el caso de las empresas más jóvenes, se construyen células donde empiezan a interactuar personas con diversos expertise, «por lo que a veces es muy difícil medir la contribución individual de una persona. Se hace más que nada a través del equipo», señaló el CEO de Buk.

Fuente: Nexnews

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