Según expertos, la gran oportunidad que presenta esta modalidad, es la de poder invertir junto a socios, haciendo más accesible la posibilidades de ingresar al mercado de renta inmobiliaria de dicho país.
Desde hace unos años la inversión inmobiliaria en el extranjero se ha instalado con cada vez más fuerza entre los chilenos. Hace unos solo unos meses, la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Miami, indicaba que la inversión extranjera en propiedades residenciales en el sur del estado de Florida alcanzó los US$6,8 mil millones en 2022, donde el 6% de eso corresponde a compatriotas.
De acuerdo a expertos en el tema, el panorama económico global ha hecho que los ojos de los inversionistas se posen en Estados Unidos, gracias a la estabilidad política, social y económica que ofrece este país, sumado a la apertura para la inversión extranjera, lo que ha generado un interés creciente en explorar las posibilidades de invertir, con modelos que de a poco generan mayor interés, como la compra de una propiedad a través de sociedades.
“En Estados Unidos los extranjeros tienen la opción de elegir entre dos tipos de sociedades: las LLC, similares a las sociedades de responsabilidad limitada, y las C Corp, que guardan similitud con nuestras sociedades anónimas. El proceso de inversión creando una sociedad es sorprendentemente accesible, ya que solo se requiere el pasaporte del inversionista y la formación de un grupo de personas dispuestas a invertir en el extranjero, facilitando la participación en el mercado inmobiliario estadounidense”, comenta Cristián Martínez, fundador de Crece Inmobiliario, empresa encargada de asesorar inversionistas inmobiliarios y que cuenta con presencia en el mercado nacional e internacional.
Facilidades crediticias
En la misma línea, el especialista indica que la ventaja de utilizar sociedades para invertir en Estados Unidos es la posibilidad de obtener financiamiento directamente en el país. Las leyes de no discriminación permiten la obtención de créditos hipotecarios hasta los 30 años de plazo, sin límite de edad, lo que contrasta con las restricciones en Chile, donde la vida máxima para terminar de pagar un crédito es de 79 años, mientras que en allá, es posible sacar un crédito hasta con 80 años.
“Se puede acceder a un apalancamiento de hasta el 70%, lo que resulta atractivo para los inversores que buscan maximizar su rendimiento. A través de la sociedad, las personas pueden unir fuerzas y calificar para créditos hipotecarios, distribuyendo así el riesgo y simplificando el proceso de evaluación crediticia. Por ejemplo, un grupo de diez personas, cada una aportando un capital de $10,000 USD o más, pueden invertir con una sociedad, solicitando un crédito hipotecario. Aunque cada individuo es propietario en un porcentaje, los créditos son otorgados a cada persona como individuo natural, enfoque que permite una inversión más democrática y una distribución del riesgo entre los miembros de la sociedad”, comenta Cristián Martínez.
El especialista indica que esta posibilidad de invertir en un mercado desarrollado y robusto sin la necesidad de contar con el 30% del pie completo ha democratizado la inversión, algo que en Chile, especialmente para quienes están en Dicom, resulta más desafiante, lo que sigue alimentando la tendencia de invertir en Estados Unidos.
Fuente: Nexnews